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TORNANT A CASA DESPRÉS D’ASSISTIR A LA REPRESENTACIÓ DEL MUSICAL XICAGO
- 7 maig, 2018
- Posted by: jordi
- Category: XXV OLIMPÍADA
Per Toni Martí, professor i tutor de l’alumnat de 2n de Batxillerat d’Arts Escèniques, Música i Dansa de l’Institut XXV Olimpíada
Vuelve uno andando por la calle, cae un poco de lluvia (detalle escenográfico que siempre se agradece) y hay como un brillo especial en todo lo que te envuelve, como si los coches siguieran alguna melodía y las baldosas destellaran bajo un inexistente foco. Vuelve uno andando por la calle pero uno, después del espectáculo, ya no es el mismo. Lo que ha visto –si estaba bien hecho, si fluía y funcionaba desde la primera luz al último aplauso- ya es inseparable de lo que ahora vive. Los que amamos el teatro, el cine, la literatura, la música, lo sabemos. Sabemos que no es verdad que está la vida y luego el arte. Sabemos de sobra que son inseparables. Y, si nos apuran, que el arte es la verdadera vida.
Por eso necesito ahora deciros que se me ha llenado todo de arte esta tarde, que los esfuerzos, los desánimos, los miedos, las vacilaciones, los nervios de estos meses cobran esta tarde sentido pleno. Se ha visto esta tarde mucho arte. Se ha visto a una compañía –qué palabra tan hermosa y tan justa- lanzada en pleno, apoyándose y yendo a por todas. Se ha visto mucho talento y uno se estremece al pensar todo lo que esos talentos pueden hacer en el futuro si mantienen ese espíritu, ilusión y tenacidad. No es fácil atravesar TRs, evaluaciones, temarios infinitos, pasivas perifrásticas, exámenes trimestrales de infarto, y salir victoriosos de este viaje a Chicago, que exige una endiablada precisión y un exigente trabajo de grupo. Ahí tenéis la prueba de vuestra capacidad. Eso nadie os lo va a quitar. No lo olvidéis, pues, en el futuro, sea cual sea el camino que sigáis.
He podido decíroslo a algunos, con sinceros abrazos y palabras emocionadas (y viceversa) a la salida esta tarde. Disculpad aquellos a los que no he podido hacerlo. También se lo he dicho a vuestros profesores, cuya mano y amor se notan tanto, tantísimo, en cada detalle de lo que hemos disfrutado desde la platea los demás. El teatro es maravillosamente, cruelmente fugaz. Es un ser vivo de larga gestación y efímera vida. Luego todo desaparece. Pero no desaparece. Y no es esto un juego de palabras para deslumbrar y manipular, al estilo de ese inolvidable Billy Flinn, ni un titular para Mary Sunshine. Claro que no desaparece. Lo llevaréis dentro como experiencia, además de cientos de anécdotas on stage y backstage que solo vosotros sabréis. Algunos lo llevaréis dentro en futuros trabajos escénicos, y otros, en futuros proyectos en cualquier otro campo. Y lo llevamos dentro los espectadores, que seguimos viendo a Velma bailando y lamentando que eso no lo puede hacer sola. A Roxie Hart ante los espejos, con las estilizadas apariciones masculinas que la envuelven. A la jauría de periodistas peleándose por la noticia. A esas presas que desgranan sus inocentes crímenes en una coreografía con toda la fúnebre sensualidad del tango. A esa mama Morton bajando poderosa por el patio de butacas. A ese Billy inclinado sobre el testigo hostil para enredarnos con sus artimañas. A esa mujer que atraviesa una casa fastuosa y se da de bruces con un desnudo trío en su lecho. A ese mundo brillante y terrible de policías, chismosas vecinas, jueces, fiscales y hombres engañados o engañadores. A ese entrañable Amos, celofán transparente, con su maleta y su pelo rizado. A ese maestro de ceremonias, en fin, que nos guía a golpe de sombrero y de inquietante sonrisa en su recorrido sarcástico por un mundo en que todo es flor de un día y desaparece.
Por todo, gracias.
Muchas felicidades.
And all that jazz.
Toni Martí